Internet nos ha cambiado la vida, ya sea a mejor o a peor. Ahora puedes hacer todo desde una pantalla sin necesidad de moverte del sillón. Desde hacer la compra del supermercado hasta darle a tu amigo cinco euros que le debías por las cervezas que os tomasteis el otro día. No podemos negar que la comodidad que nos aporta es realmente buena, pero esto es como todo, no hay mejor momento para usar la típica frase de madre; “Todo en exceso es malo”. Ya casi no recuerdo el primer móvil que tuvieron mis padres con botones que solo lo usaban para llamar y muchas veces se les olvidaba en la mesa del comedor y no importaba, ahora todo eso ha cambiado y si se te olvida el móvil (rara vez sucede) tienes que dar la vuelta y cogerlo.
Desde mi experiencia, yo estoy viendo todo este uso excesivo de tecnologías en mi casa. Mi hermano de 17 años se pasa todo el día con el móvil y las horas de acostarse son muy tarde aunque el peor caso es el de mi hermana de 5 años. Podría decir que desde que nació utiliza el móvil, para ver videos, juegos, etc. Al principio no creíamos que fuese un problema muy grave pues ves a todos los niños con el móvil de sus padres, de tal manera que el niño está a gusto y feliz y el padre relajado sin el niño un rato, aunque sabíamos que no era la mejor opción. Cuando mi hermana tenía unos 3 años era incapaz de comer sin tener una pantalla delante. En ese momento nos dimos cuenta de que lo que hicimos fue un grave error, ilusos de nosotros pensamos que esto sería fácil remediarlo, pero no fue el caso. Andrea se pasaba todo el día llorando y quejándose de que no le dábamos el móvil, no quería salir de casa ni a la calle a jugar con sus amigos porque quería el teléfono. Esto había llegado al punto de ser una adicción y tan solo tenía 3 años.
Estuvimos meses trabajando en ello, buscando otras alternativas como jugar con la pelota, hacer pulseras, dibujar, etc. Y motivar así a la niña para que el placer que le daban las pantallas también se lo dieran otras actividades. Hoy en día, esto está controlado y ya no tiene esa dependencia, pero sí que es verdad que sigue prefiriendo el móvil qué hacer pulseras, es algo en lo que seguimos trabajando, para que cuando llegue a edades más determinantes como la adolescencia, esté controlado y superado.
Sabía de los peligros de la red, pero no pensé que afectasen tanto desde edades tan tempranas, hasta que analicé y vi en persona el caso de mi hermana. El problema si no se trata va a más, creando adicciones y problemas como la ansiedad o la depresión en etapas más tardías. La peor etapa sin duda es la adolescencia, donde la identidad de los chicos se está formando y para que esta se forme de la mejor manera posible hay que darle las herramientas necesarias. Lo más importante es que los padres prediquen con el ejemplo y que su círculo de socialización más cercano tenga las mismas ideas sobre los problemas de la red y otros que también están en auge en esta etapa.
Os adjunto un vídeo con algunas reglas de uso para los dispositivos electrónicos en niños:
¡Hasta la semana que viene y muchas gracias por leer esta publicación! 👋👋
Hola Alba! Estoy de acuerdo con tu publicación. Las tecnologías se han convertido en una adicción que no podemos controlar, ya no sabemos lo que es salir a jugar con nuestros amigos a la calle hasta las tantas de la noche, y mucho menos los niños de ahora. Los tiempos han cambiado y ahora se les da un móvil a los niños desde los 2 o 3 años para que se calmen o para jugar, y lo peor es que en un futuro serán más adictos que nosotros. No sé a donde llegará esto pero espero que no vaya a más. Un saludo!
ResponderEliminarBuenas Celia!
EliminarSí es así como tú bien dices, pero creo que es más importante ver el porque los niños y la sociedad actual actúan así y a que se ha debido este cambio. Porque los niños, si tienen una buena educación tanto paterno filial, como formal en el colegio no deberían de sufrir este tipo de problemáticas.
Muchas gracias por tu comentario y aportación!